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23/05/2008

Algunos nubarrones transitan por la economía de nuestro país y podrían afectar seriamente el desarrollo sustentable de la Argentina, si no se toman las medidas necesarias en tiempo y forma. Una economía en progreso y crecimiento como la que venimos transitando requiere bases sólidas que permitan sortear fluctuaciones y dificultades. Es por ello que es necesario recrear, de manera urgente, un modelo económico que brinde certidumbre a los diferentes actores que se desenvuelven en ella.

Es prioritario llegar a un sistema previsible, en el que los diferentes sectores productivos e industriales puedan organizar y planificar su actividad con absoluta certidumbre, para continuar así la senda del crecimiento por todos deseado.

Insisto en la necesidad de que nuestro país utilice el superávit fiscal de estos años -motivado fundamentalmente por una coyuntura internacional muy favorable en materia de precios de las commodities - para llevar adelante los cambios estructurales requeridos para fortalecer la solidez de nuestra economía y mejorar sus condiciones de competitividad internacional, así como para desarrollar la infraestructura necesaria.

De allí, la ineludible necesidad de atacar de manera contundente el problema de la inflación, porque los argentinos aún tenemos el triste recuerdo de las nocivas consecuencias que ese flagelo trae para todos. Apelo a que se utilicen para ello herramientas que ataquen las causas estructurales que la generan, y no recetas que ya han probado su incapacidad de brindar soluciones duraderas.

Deben existir, además, políticas de Estado afines al desarrollo productivo exportador y condiciones de seguridad jurídica e institucional que incentiven la inversión interna y externa, si deseamos seguir creciendo. No deberán acotarse ni condicionarse las posibilidades de desarrollo, como ocurre hoy, en que se padecen serias limitaciones y regulaciones que coartan el normal desarrollo de las exportaciones, y con ello el bienestar de diferentes regiones de nuestro país.

Por todo ello es un deber ineludible de quienes tienen la responsabilidad política de conducir el destino de los argentinos activar urgentes mecanismos que conlleven a soluciones concretas, para evitar que prosperen estos problemas que están comenzando a emerger.

Por Ercole Felippa
Para LA NACION

El autor preside la Federación de Cámaras de Comercio Exterior de la Argentina (Fecacera).